Los CFDs, o contratos por diferencia, son un tipo de producto financiero complejo del que se ha escuchado ampliamente durante los últimos años. Se trata, como su propio nombre indica, de un contrato en el que dos partes intercambian la diferencia (precio inicial y final) de un activo subyacente. Son muchos los factores a tener en consideración a la hora de trabajar con ellos. En las siguientes líneas nos vamos a centrar en la influencia de la estacionalidad sobre los CFD. Aclarando, ya de paso, en qué consiste operar a través de CFD y sus riesgos.
¿Qué es la estacionalidad y cómo afecta a los CFDs?
La estacionalidad es un concepto que viene derivado de los patrones variables de las propias estaciones del año. No en vano, hablamos de un lapso en el que se repiten diversas variables durante x periodo de tiempo. Eso sí, suele referirse a periodos inferiores a un año. Ya que para tiempos mayores se habla de ciclos. Como se puede imaginar, todo lo anterior afecta de forma considerable al ámbito económico y a un producto como los CFD en el que el panorama temporal puede ayudar a determinar si una operación concreta podría tener sentido o no.
Por todo lo anterior, identificar los patrones estacionales presentes en los activos financieros permite a los traders adoptar posiciones en función de dichos patrones recurrentes. Sin embargo, el trader debe saber que la volatilidad y la incertidumbre siempre estarán presentes en el mercado y que todo puede variar. Antes de llevar a cabo el proceso anterior conviene tener bastante claro hasta qué punto la estacionalidad está presente a la hora de operar a través de un producto derivado como los CFD.
Trading con CFD: características y tendencias estacionales
Operar con CFD, también conocido como trading de CFD, consisten simple y llanamente en operar sobre este tipo de contratos. Algo que, sin embargo, conlleva muchos rasgos diferenciales con respecto a los formatos de inversión tradicionales. Como por ejemplo la posibilidad de utilizar apalancamiento, lo que implica una menor inversión inicial (al operar la mayor parte de la posición con deuda) o el hecho de que no se posee el activo sobre el que se opera, no se es propietario de él, ya que se opera con las fluctuaciones de los precios. Se trata de una actividad altamente especulativa.
Por otro lado, regresando a la estacionalidad, diferentes activos pueden seguir patrones concretos durante las diferentes estaciones del año, respondiendo a la oferta o la demanda, entre otras cuestiones. Por ejemplo, el oro incrementa su demanda, y por tanto precio, para la temporada de bodas en diferentes países. No obstante, no resulta recomendable dejarse guiar solo por las tendencias estacionales. No en vano, más allá de observar los movimientos preponderantes, resulta fundamental implementar un sistema de gestión de riesgos.
Operar con margen y en corto
Son muchos los conceptos, variables y tipos de operaciones a tener muy en cuenta a la hora de operar con CFD. Uno de los rasgos definitorios a la hora de operar con CFD es, y ya lo hemos comentado unas líneas más atrás, la posibilidad de apalancamiento. Pues eso es precisamente el trading con margen. Básicamente podría definirse como una operación que ofrece la posibilidad de abrir una posición mayor de lo que lo permitiría solo el capital del trader. Para ello un bróker presta el valor íntegro de la operación a cambio de un pequeño depósito con el que garantizar la operación.
De la definición misma de apalancamiento se pueden extraer sus principales riesgos. Destacando la necesidad de endeudarse, la existencia de intereses e incluso la posibilidad de alcanzar situaciones de insolvencia, ya que el apalancamiento aumentará exponencialmente los retornos tanto positivos (beneficios) como negativos (pérdidas).
En este contexto, vamos a explicar lo que significa operar en corto. Abrir una posición de venta significa que el trader prevé la caída del precio del activo con el que opera. El riesgo de este tipo de operaciones es que, si los precios llegan a subir, en lugar de bajar como el trader espera, las pérdidas pueden ser, teóricamente, ilimitadas. Esto se debe al hecho de que no existe un límite de precio al que un activo pueda llegar, y cuando se opera con apalancamiento estas pérdidas serán multiplicadas, como ya se ha dicho.
Operar con CFD es una cuestión que, como se puede imaginar, requiere mantener un control operativo y de riesgos muy alto.