Para el director de seguridad de la Human Rights Foundation (HRF), Alex Gladstein, la democracia sufre el impacto que causan las monedas fiduciarias y Bitcoin es una tecnología que puede solucionar el problema.
El discurso de Alex resonó después de una entrevista con el podcast Simply Bitcoin, lanzado el lunes pasado (21).
En opinión del director de HRF, el sistema financiero tradicional debería sufrir en los próximos años, con paradas frecuentes. Puso como ejemplo el caso de Líbano, en el que la gente está incendiando bancos después de que les bloquearon los fondos.
Para Gladstein, las crisis en los bancos serán cada vez más comunes, siendo un reflejo de las políticas monetarias de los gobiernos, principalmente de los más autoritarios.
“Bitcoin arregla la democracia”, dice Alex Gladstein
La corrupción se ha apoderado del sistema de moneda fiduciaria en todo el mundo, al menos eso es lo que piensa Alex Gladstein. Además, la mala gestión de las monedas emitidas por los bancos centrales ha puesto en grave riesgo la democracia en muchos países.
Según el CSO de HRF, bitcoin podría ser la tecnología que nació para arreglar la democracia.
“Donde las democracias se han derrumbado, creo que está claramente relacionado con las monedas fiduciarias y creo que Bitcoin soluciona eso de alguna manera”.
Según Gladstein, los gobiernos autoritarios como Rusia y China necesitan censura para sobrevivir. Como bitcoin es una moneda libre, a los gobernantes les resulta difícil imponerse a la población.
Según su opinión, bitcoin sigue siendo la única opción de moneda resistente a la censura, lo que puede ayudar a corregir problemas en países cerrados. En última instancia, cree que cada nueva crisis en las monedas fiduciarias ayudará a crear un “nuevo bitcoiner”.
Problemas de una democracia
Si bien la democracia es ampliamente considerada como la forma de gobierno más justa y representativa, también enfrenta desafíos y problemas.
Uno de los principales desafíos de la democracia es garantizar la protección de los derechos e intereses de todos los miembros de la sociedad, incluidas las minorías y los grupos marginados.
En muchos casos, la democracia puede ser utilizada como herramienta para favorecer los intereses de los grupos dominantes o poderosos, en detrimento de las minorías y personas menos favorecidas.
Además, la democracia puede ser vulnerable a la corrupción y al abuso de poder. Los políticos y otros líderes electos, por ejemplo, pueden usar su poder para enriquecerse o promover intereses personales o grupales, en detrimento del bien común.
Sin embargo, hay países en el mundo donde la democracia funciona relativamente bien. Estos países se caracterizan por elecciones periódicas, libertad de prensa, respeto por los derechos humanos y el estado de derecho, y la existencia de instituciones democráticas efectivas que aseguren la separación de poderes, la rendición de cuentas y la transparencia.
Los índices de democracia de “Economist Intelligence Unit” o “Freedom House” tienden a mostrar lo mejor en este sentido.