En Paraguay, algunos diputados están trabajando en un proyecto de ley para reconocer oficialmente bitcoin como medio de pago.
El texto del proyecto de ley aún no se conoce, pero puede tener algo en común con la ley aprobada recientemente en El Salvador que hizo que Bitcoin sea moneda de curso legal en el país.
La iniciativa en Paraguay es del diputado Carlitos Rejala, quien prometió que la ley se aprobará en julio.
El propio Rejala reveló hace unos días que estaba a punto de realizar un importante anuncio sobre PayPal y Bitcoin.
También visitó recientemente una granja minera local y dijo que le gustaría traer a los mineros que actualmente operan en el extranjero a Paraguay.
En otras palabras, mientras El Salvador está trabajando duro para atraer capital y actividades relacionadas con las criptomonedas, Carlitos Rejala está haciendo lo mismo en Paraguay.
Sin embargo, no está claro qué influencia política tiene Rejala en el gobierno local o en el parlamento, ya que no es miembro del gobierno y es miembro de un pequeño partido minoritario.
El proyecto de ley de Bitcoin en Paraguay
Sin embargo, según Rejala, el borrador del nuevo proyecto de ley se presentará al parlamento nacional el 14 de julio, con la esperanza de obtener la aprobación mayoritaria. Rejala afirma tener el apoyo de varias empresas en el país, pero no está claro cuánto ayudará esto realmente a la aprobación del proyecto de ley.
Ciertamente, un país como Paraguay podría obtener beneficios económicos si decide volverse amigable con las criptomonedas, como lo hizo recientemente El Salvador, y dado que tiene un PIB per cápita comparable al de Namibia e Irak, estos beneficios podrían atraer a muchos, especialmente a los empresarios.
Queda por ver si la mayoría política que actualmente gobierna el país estará dispuesta a aceptar una propuesta presentada por un diputado de un pequeño partido minoritario. En El Salvador, la iniciativa la tomó el propio presidente, respaldado por una amplia mayoría parlamentaria, mientras que la situación en Paraguay es bastante diferente.
Cabe señalar que estos no son los únicos dos países latinoamericanos que han iniciado este proceso.