Ripple, la empresa blockchain con sede en San Francisco, se ha establecido como líder en servicios criptográficos para diferentes entidades gubernamentales desde hace algunos años y ha sido pieza clave en el desarrollo de las tecnologías financieras para todo el ecosistema cripto.
Ahora Ripple, está intensificando sus esfuerzos para atender el mercado de billones de dólares de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) que se presentan como la nueva forma de dinero fiduciario digital que es emitido por el banco central de un país.
Los bancos centrales de todo el mundo ya han empezado a experimentar con estas piezas de valor digital para fortalecer la economía de sus países. Entre ellos se encuentran algunas de las principales economías, como la Unión Europea, China, India y Australia, entre otras. Por otro lado, Estados Unidos se ha mostrado un poco más conservador al respecto y continúa evaluando las responsabilidades financieras y legales de tener un dólar digital.
Ripple y las CBDC.
La startup de blockchain Ripple ha publicado su propio libro blanco sobre CBDC, en el que se ofrece un marco completo para la implementación de CBDC en los bancos de todo el mundo. También proporciona una guía detallada para garantizar la interoperabilidad global de los diferentes CBDC con el objetivo de posicionarse en un sector de un billón de dólares que ha presentado una evolución exponencial en los últimos años.
Ahí también se destaca la capacidad de la red de Ripple para manejar stablecoins y CBDCs para miles de millones de personas en todo el mundo a la vez que proporciona características clave como la seguridad, la fiabilidad, la sostenibilidad y la interoperabilidad que son cruciales para todo el ecosistema.
La comunidad cripto alza la voz.
Sin embargo, el proyecto ha recibido muchas críticas por parte de la comunidad cripto, debido a que se cree que los CBDCs pueden crear estructuras de control para los bancos centrales, algo totalmente opuesto a lo que prometen las últimas tecnologías lideradas por blockchain.
Ante esto, Ripple señaló en su libro blanco que los bancos centrales deben equilibrar el deseo de transformación con la necesidad de mantener la estabilidad a escala global para crear ecosistemas balanceados entre la centralización, la innovación y las facilidades de uso
“Si los bancos centrales no habilitan el amplio acceso, la funcionalidad nativa mejorada y la interoperabilidad que permitirá que sus monedas sean adaptables y escalables, corren el riesgo de perder el control de la infraestructura para los servicios globales digitalizados”