Blockchain, o Contabilidad Distribuida, es una tecnología que permite la realización confiable y segura de cualquier tipo de transacción entre dos o más personas sin la necesidad de intermediarios, a través de Internet. Su introducción al mundo se dio a través de la criptomoneda Bitcoin, la primera plataforma blockchain. Originalmente, Bitcoin se creo como un sistema electrónico de pago entre pares (A Peer-to-Peer Electronic Cash System), por lo que se le conoce como “dinero digital”.
Blockchain es una articulación de tecnologías estructuradas en un sistema naturalmente encriptado, lo que proporciona a los usuarios involucrados protección de sus identidades y de los datos de sus transacciones.
- Un libro de contabilidad digital donde se anotan todas las transacciones que suceden en la red, agrupadas en bloques que continuamente son enlazados linealmente entre sí, esto es: el primer bloque con el segundo, el segundo con el tercero, y así sucesivamente (de allí el nombre de ‘cadena de bloques‘).
- Las carteras digitales, interfaces gráficas para interactuar con la red blockchain que permiten a los usuarios realizar transacciones y manejar sus identidades digitales.
- Los mineros, computadoras que se encargan de autorizar la adición de los bloques de transacciones que realizan las carteras digitales a la cadena de bloques, al resolver el acertijo matemático del protocolo de consenso, recibiendo a cambio recompensas en la moneda digital propia de la red blockchain.
- Los nodos, guardianes de la red, son computadoras que se encargan de almacenar una copia exacta del libro contable y de hacer cumplir las reglas de la red. Algunos, conocidos como mining pools o grupos de minería, se encargan además de escuchar nuevas transacciones y agruparlas en bloques para proponerlos como trabajos a los mineros, que luego de ser confirmados son propagados a la red y añadidos a la cadena.
TIPOS DE BLOCKCHAIN
Una transacción común en blockchain comienza con el envío de un activo digital de una cartera digital a otra. Esta transacción es escuchada por diversos nodos (dependiendo de su latencia respecto a la cartera emisora) y agrupada con otras transacciones que dichos nodos hayan escuchado. Este grupo de transacciones es luego enviado a los mineros como un trabajo a resolver. Los mineros toman el trabajo, que puede ser distinto para cada grupo de mineros dependiendo del nodo que haya propuesto el trabajo, y compiten entre si por conseguir un valor (nonce) que resuelve un acertijo matemático que autoriza al minero que lo encuentra a proponer su bloque, con las transacciones en él, a ser agregado a la cadena. El bloque propuesto, además de contener las transacciones, también contiene la identificación del bloque anterior y un valor de emisión de monedas por parte de la red (la recompensa), las cuales se direccionan a la cartera del minero ganador.
Todo este proceso, al que se le conoce como minería, sucede ‘tras cámaras’ en una transacción en blockchain. Para los usuarios, lo único visible son la cantidad de confirmaciones que sus transacciones reciben y el tiempo que estas toman en realizarse.
La tecnología blockchain garantiza que los registros de las transacciones realizadas sean válidos e inalterables. Podemos ver cada bloque como cada una de las páginas de un mismo libro contable prácticamente infinito, sólo que aquí lo que ha sido escrito no puede borrarse ni repetirse: cada transacción o dato se resguarda con una huella digital única. Esto se conoce como inmutabilidad. Sin embargo, existen iniciativas para crear blockchains que puedan ser alterables por un administrador, Accenture es la responsable de la más conocida.
Las primeras y más conocidas blockchains, hasta los momentos, son mantenidas por muchos nodos y mineros alrededor de todo el mundo y ninguno tiene realmente el poder para controlarla y aprobar o desaprobar transacciones según su propio criterio, a lo que se le llama descentralización: el poder no está centrado en una sola parte, sino distribuido entre muchas partes que deben llegar a un acuerdo.
La característica de descentralización es opcional según quien desarrolle su propia plataforma con tecnología blockchain. Diversas compañías privadas, como los bancos, están creando sus propias contabilidades distribuidas, las cuales reparten sus copias entre distintas partes, pero todas son controladas por la misma institución, por lo que esta característica se pierde. De este modo, la blockchain siempre será distribuida, evitando que pueda ser hackeada, pero no siempre será descentralizada.
Aunque en principio la blockchain fue creada para ser un gran libro de contabilidad público y accesible para cualquiera, el desarrollo de esta tecnología por parte de distintas entidades y empresas alrededor del mundo le ha dado un matiz privado que la ha dividido esencialmente en dos categorías y cuatro tipos.
Basándose en el acceso a los datos almacenados, podemos encontrarla pública o privada. En la primera, no hay ninguna restricción para la lectura de datos ni la realización de las operaciones por parte de los usuarios; en cambio, en la segunda, tanto la lectura como las operaciones se limitan a participantes determinados.
Por otro lado, basándose en la capacidad para generar bloques, se divide en aquellas sin permisos (permisionless) y con permisos (permissioned). En la primera no hay restricciones para poder realizar transacciones y crear nuevos bloques, de modo que se ofrecen monedas o activos digitales nativos de la red como recompensa a los usuarios que quieran mantener la red. Es descentralización, tal como Bitcoin. Las segundas son desarrolladas por entidades generalmente privadas, en muchos casos para uso interno, y los usuarios de estas necesitan permisos por parte de los administradores de la red para interactuar con el protocolo. Este es el tipo de blockchain que están probando los bancos: son centralizadas, es decir, controladas por la entidad y no por los usuarios.
PARECIDOS, PERO NO IGUALES
Los términos que aluden a esta tecnología en su conjunto como una base de datos organizada en bloques, cifrada y distribuida entre muchos usuarios, suelen ser tres: Tecnología Blockchain, Tecnología de Contabilidad Distribuida y Tecnología Bitcoin. Sin embargo, a pesar de que todos significan esencialmente lo mismo, son utilizados también para mencionar ciertos tipos específicos de blockchain. Es decir, adquieren su definición más puntual según su contexto, pues sucede, por ejemplo, como el nombre de ‘Salvador’: este puede tanto aludir a todo el país como sólo a su capital.
De ese mismo modo, decir simplemente Blockchain puede aludir tanto a la tecnología en su conjunto como a la plataforma original de Bitcoin. Acompañar la palabra con Tecnología suele ser lo adecuado para un contexto amplio, y este, a su vez, es un término que suele usarse en las cadenas públicas, pues existe cierta polémica en si se debería o no llamar ‘blockchain’ a las plataformas privadas. No obstante, este uso no es limitativo, pues muchos bancos lo utilizan para referirse a sus pruebas y, en general, es el más utilizado por todos los desarrolladores y usuarios.
Tecnología de Contabilidad Distribuida o DLT (Distributed Ledger Technology) también es la misma Tecnología Blockchain. Suele usarse, sin embargo, en el ámbito del desarrollo privado y más bien alejada de Bitcoin como criptomoneda. A diferencia de ‘Blockchain’ no posee doble significado, pues sólo es capaz de aludir a la tecnología de forma completa.
Por último, Tecnología Bitcoin es el término más ambiguo de los tres. Puede hacer referencia a tres conceptos: la tecnología de contabilidad distribuida en su conjunto, la blockchain de Bitcoin en particular o incluso los protocolos que han permitido el desarrollo de todas las criptomonedas. Debido a esto, no suele utilizarse demasiado.
APLICACIONES
Siendo esta una tecnología joven, seguramente aún no se han descubierto o desarrollado lo suficiente todas sus aplicaciones posibles. Sin embargo, hay un cierto número de usos que son bastante recurrentes.
– Criptomonedas: su función principal en este campo es, esencialmente, transferir valor, evitando que una unidad de moneda digital o criptomoneda se pueda gastar dos veces, dado que registra cada transacción una única vez y de forma inalterable. Muchas criptomonedas han desarrollado su propia blockchain, como SolarCoin y Zcash, pero otras prefieren confiar en la ya madura estructura de Bitcoin y se construyen en base a su plataforma, tal como los activos digitales de Counterparty.
– Transacciones y sistemas de pago: cualidades intrínsecas de la blockchain son la velocidad, la seguridad y la privacidad que permite a los usuarios a la hora de realizar transacciones. Por ello muchas empresas, en su mayoría bancos e instituciones financieras, han tomado la DLT para construir sus propias plataformas que permitan, por ejemplo, acelerar la velocidad y reducir los costos de los pagos internacionales e interbancarios. Buen ejemplo de ello es Ripple, que incluso ofrece sus servicios a distintas empresas.
– Registro de documentos: la blockchain es un gran registro al que muchas partes pueden acceder desde cualquier lugar del mundo. Y no sólo registra activos, sino virtualmente cualquier cosa. Por esto ya está siendo usada para registrar y verificar la autenticidad de toda clase de documentos, desde títulos universitarios y actas matrimoniales hasta historiales médicos, área que por cierto ha tenido mucha atención, pues permitiría unir en una sola plataforma a hospitales, aseguradoras y prestamistas, lo que aceleraría exponencialmente el proceso sanitario. Toda una conferencia sobre la blockchain en la salud ya fue llevada a cabo, mientras que la plataforma Stampery ya permite este tipo de registro.
– Cadena de suministro: saber exactamente de dónde provienen las cosas es siempre un problema, pero la blockchain es capaz de resolverlo. Con esta tecnología es posible marcar casi cualquier objeto con una huella digital única que seguirá todo su ciclo de vida desde el principio. Gracias a esta cualidad, resulta perfecta para su uso en la compleja cadena de suministro, algo que ya ha probado Provenance al implementar esta estructura para evitar la pesca ilegal, o Walmart, que se encuentra en pruebas para asegurar la inocuidad de los alimentos. En la misma línea también está la gigante IBM, que está trabajando para resolver el problema de la última milla.
– Contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (Dapps): la blockchain también es capaz de crear la infraestructura adecuada para crear contratos inteligentes, es decir, acuerdos digitales automatizados en los que nuevamente se elimina la necesidad de confiar en terceras partes para su cumplimiento. Los términos quedan establecidos en principio a conveniencia de las partes, y más tarde son cumplidos gracias al código, como una tarea programada. A su vez, estos abren una casi infinita gama de posibilidades que pueden traducirse en las aplicaciones descentralizadas: funcionalidades informáticas de todo tipo que no son controladas por una sola parte, sino distribuidas sobre la blockchain. El ejemplo más famoso de ello es, sin duda, la plataforma descentralizada Ethereum.
– Entretenimiento: varios videojuegos y juegos de azar se han construido sobre una cadena de bloques o bien apoyándose en algún activo digital propio de ella. La velocidad, transparencia y, sobre todo, las recompensas, están aseguradas. En este ámbito tenemos a Spell of Genesis, un juego de cartas, Takara, una aplicación de realidad aumentada, y vDice, una plataforma de apuestas descentralizada.
Por otro lado, también se encuentran las redes sociales que ofrecen micropagos en criptomonedas a sus usuarios a cambio del contenido que proporcionen y que es almacenado de forma transparente, inalterable y pública en una blockchain. Tal es el caso de Steemi
t.– Comercio: la transparencia y seguridad son certezas del código, así que su uso en el comercio era inevitable. Sobre sus propias cadenas de bloques se han construido plataformas de compra y venta electrónica como OpenBazaar y LBRY; donde esta última incluso permite a los autores poner el precio que deseen a su trabajo creativo y cobrar todas las ganancias, sin intermediarios.
Pero seguramente este es sólo el comienzo. La blockchain también se ha utilizado para autenticar fondos de caridad, relacionado a procesos energéticos e incluso se usa para mejorar el sistema de publicidad online. A este ritmo, muy pronto cambiará toda nuestra vida cotidiana.