Año nuevo, las mismas estafas de siempre: hablamos de TronChain, el esquema ponzi lanzado en julio en la blockchain de Tron y cuya culminación se produjo en estos primeros días de 2021.
La operación se basó en los principios clásicos de un esquema piramidal: prometer a todos una ganancia exagerada, impulsada por nuevas suscripciones que a su vez fueron atraídas por los testimonios positivos de los primeros que fueron los afortunados en ingresar al mecanismo.
En este caso, se garantizaba al suscriptor una renta del 310% sobre las sumas invertidas, con un ratio de crédito igual al 1% por día para el que, en teoría, a los 100 días cada uno habría recuperado su propio capital invertido. Hasta este punto, nada exagerado ni insostenible, pero fue el mecanismo de derivación el que aceleró el colapso de la estructura: de hecho, se preveían porcentajes del 30% para quienes traían nuevos suscriptores, con porcentajes adicionales del 10% y del 8% al 15º grado de conexión. Por otra parte, esta es la regla de todo esquema Ponzi: cada suscriptor está obligado a convencer a los demás, porque al hacerlo acelera la devolución de sus sumas y pasa el testigo al siguiente desafortunado.
Evidentemente, era necesario mejorar e intentar proponerse como algo diferente, por lo que el equipo había insertado unos gadgets que se suponía debían proteger a los “inversores” de la pérdida de fondos aportados, y que obviamente -alerta de spoiler- no hicieron el truco.
Uno de ellos se había llamado “Seguro”, que era un fondo donde se acumulaban fracciones de nuevos depósitos y se suponía que debían extraerse para permitir que los nuevos suscriptores recibieran al menos el 100% de lo que invirtieron. Cuando fue necesario usarlo, duró unos segundos, como en los días de las ICO de 2017.
Otro mecanismo había sido tomado directamente del mundo DeFi, el serio, y consistía en la extracción de liquidez mediante la obtención de tokens de gobernanza (UME) y luego tokens financieros copiados de Yearn Finance (EFT). Todo como parte de un ecosistema hipotético que incluiría un DEX y otras aplicaciones que van desde juegos hasta fintech (intencionalmente no proporcionamos enlaces ni referencias).
¿Cómo se desarrolló la estafa de TronChain?
Cuando un esquema Ponzi comienza a fallar en reunir suscriptores, la espiral descendente se vuelve irreversible y despiadada: se agotan los fondos nuevos, se corre la voz (en tiempo real, ya que el contrato inteligente es visible en la cadena de bloques), ya nadie entra, y la pirámide se desmorona.
En este punto, el equipo intentó frenar la desaparición, tratando de bloquear los retiros al menos para aquellos que ya habían alcanzado el punto de equilibrio e incluso invitándolos a hacer donaciones voluntarias para “apoyar el ecosistema, los ideales del proyecto, etc. Pero subestimando la codicia inherente a la naturaleza humana: el bloqueo de retiro, activado solo en la interfaz web de TronChain, fue inmediatamente ignorado y aquellos que habían sido bloqueados pudieron retirarse directamente del contrato inteligente, vaciándolo.
Ahora la narración se centra en las promesas de reintegración, que se encomendarían a la creación de una nueva cadena sin los errores (?) De la anterior, y cuya recaudación debería servir en parte para reembolsar a los estafados. Tenga cuidado.