Recientemente, la reconocida plataforma WatcherGuru, especializada en el mundo de las criptomonedas y finanzas, ha desvelado que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, posee una inversión en Ethereum cuyo valor asciende a $250.000. Estos datos emergen en un momento clave, mientras se lleva a cabo una minuciosa revisión de los registros financieros del exlíder por parte de las autoridades judiciales.
El entorno de Trump ha mostrado tradicionalmente un especial interés en las criptomonedas. La investigación en curso se centra en descubrir el alcance de la relación del expresidente con estos activos digitales y determinar si hubo algún tipo de irregularidad o infracción legal en sus movimientos con criptomonedas.
NFT y el efecto Trump
A finales de 2022, Donald Trump mostró su apoyo a una serie de NFTs bautizadas como “Trump Digital Trading Cards“. Tras su respaldo, el precio de estos activos digitales experimentó un auge, alcanzando un pico de 0.84 ETH. No obstante, en sintonía con la volatilidad del mercado de criptomonedas, su valor cayó abruptamente a 0.12 ETH, lo que se traduce en una depreciación del 85%.
Polémica en el espacio
No solo Trump ha coqueteado con el mundo de los NFTs. Melania Trump, su esposa, convirtió emblemáticas imágenes de las misiones lunares Apollo de las décadas de 1960 y 1970 en NFTs, comercializándolas por $75 cada uno. Esta acción no fue bien vista por la NASA, que alegó que Melania infringió sus directrices al usar sus imágenes para fines comerciales, como es el caso de los NFTs.
En términos concretos, la política de la NASA respecto a la mercadotecnia restringe el uso de Tokens No Fungibles (NFTs) al no ser acorde con los productos que la agencia tiene permitido comercializar. Además, no desean que sus imágenes sean asociadas con esta clase de activos digitales.
Legitimidad de la inversión
La tenencia de Ethereum por parte de Donald Trump no necesariamente sugiere una violación a las leyes. Es relevante recordar que Ethereum es una de las criptomonedas aprobadas por los entes reguladores en Estados Unidos. No se considera un valor y, hasta la fecha, no ha sido objeto de demandas recientes por parte de la SEC hacia las casas de cambio en el país.