El Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés), organización que fomenta la cooperación monetaria y financiera internacional y actúa como banco para los bancos centrales, ha dado claras señales de la relevancia que están adquiriendo los inversionistas institucionales y los bancos en el ecosistema de criptomonedas y, junto con ello, recientemente ha propuesto que las instituciones financieras tengan hasta un 1% de sus reservas en bitcoin y otras criptodivisas.
A través de dos informes, uno titulado ¿Banca a la sombra de Bitcoin? La adopción institucional de los criptoactivos, la entidad aborda el rol que podrían asumir los bancos en el sector de criptodivisas junto con el creciente interés de inversionistas institucionales por operar en el mismo. El otro, un documento consultivo publicado a fines de junio, por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, expresa que las instituciones financieras deben cumplir con un límite en la cantidad de Bitcoin que poseen, fijándose éste en un 1%.
Según cifras de la entidad, sólo un número menor de bancos, con actividad internacional, informó que tenía exposición a criptodivisas, con una exposición media que llegaba a menos del 0,02% de sus activos ponderados por riesgo (APR) y con ningún banco informando de exposiciones superiores al 0,05% de los APR.
“Con esta medida el BIS da un giro importante, pues hasta hace poco tiempo los bancos tenían un 0,02% en promedio en este tipo de reservas, junto con ello, el informe señala que el Comité de Basilea estaría abierto a evaluar un nuevo enfoque y que el límite del 1% sería revisado periódicamente. Todas claras señales, de la entidad, en el sentido de dar mayores posibilidades a los bancos para que no queden fuera de un mercado en pleno crecimiento, como es el de las criptomonedas”, indicó Jazmín Jorquera, Gerente de Operaciones de Buda.com
Así, el ente detalla que los primeros pasos del accionar de estas entidades en el mundo de las criptomonedas podrían surgir de una multitud de interrelaciones directas e indirectas. Estas incluyen actividades como la emisión directa y la propiedad de criptomonedas, servicios de intermediación para clientes, compensación de contratos que hacen referencia a criptoactivos o servicios para emisores de criptodivisas, señala el reporte.
El BIS, a través de sus informes, comenta además que el desarrollo que ha experimentado la industria de criptoactivos, el surgimiento de fondos cotizados (ETF) de Bitcoin y derivados, el desarrollo constante de innovaciones financieras relacionadas con las criptodivisas y su infraestructura – con avances significativos en medios de pago, comercio y otras áreas de la intermediación financiera- estarían generando un contexto acorde para que inversionistas institucionales consideren un rol cada vez más relevante en el ecosistema de criptomonedas.
Y entre los objetivos de este tipo de inversionistas, para operar en criptodivisas, el documento identifica a tres como los principales: 1) Rentabilidad: La búsqueda de rentabilidad en un entorno de bajos rendimientos de activos tradicionales. 2) Diversificación: Estrategia de diversificación de cartera con alternativas distintas a las tradicionales. 3) Inflación: Búsqueda de un refugio de valor alternativo que podría incluir consideraciones de cobertura ante escenarios de inflación.