La Guardia di Finanza italiana incautó 7 sitios web y 93 páginas sociales vinculadas a la estafa de OneCoin y detuvo a tres personas que estaban a punto de embarcar en el aeropuerto con más de 117.000 euros.
Además, como se informó en el mismo sitio web de la Policía Financiera Italiana, cinco personas residentes en las provincias de Trento, Padua y Viterbo han sido denunciadas por fraude, y una con dos cómplices en las provincias de Verona y Mantova por el uso de dinero, bienes o beneficios de origen ilegal.
La incautación fue llevada a cabo por los oficiales financieros de la Unidad Especial Antimonopolio, quienes bloquearon los sitios web y las páginas sociales porque ofrecieron la “criptomoneda” de OneCoin, prometiendo ganancias millonarias.
Investigaciones en contra de la estafa OneCoin
Las investigaciones fueron coordinadas por la Fiscalía de Roma y se llevaron a cabo paralelamente a los procedimientos de la Autoridad Antimonopolio, que en el pasado ya había declarado que la práctica comercial de OneCoin era incorrecta e impuso sanciones administrativas por un total de más de 2.5 millones de euros.
Los investigadores descubrieron un verdadero engaño, diseñado por 6 promotores italianos entre las edades de 23 y 52 años que trabajaban principalmente en el noreste de Italia y que también habían involucrado al representante legal de una empresa romana que se ocupa de la capacitación corporativa. El mecanismo estaba encabezado por una empresa italiana y dos empresas extranjeras, una con sede en Belice y la otra registrada en los Emiratos Árabes Unidos pero con sede en Bulgaria.
Tres de estos fueron detenidos en el aeropuerto de Orio al Serio (BG) mientras abordaban un vuelo con 117.840 euros como resultado de la estafa.
La estafa se basó en la venta de cursos de capacitación combinados con paquetes de dinero electrónico, que los compradores compraron a partir de 100 euros.
Durante estos cursos, los participantes también recibieron instrucciones sobre cómo reclutar a otras víctimas, con la promesa de ganancias que podrían alcanzar hasta 35.000 euros por semana.
Las investigaciones de campo demostraron que faltaban tanto las estructuras físicas como los algoritmos de cálculo para gestionar la criptomoneda hipotética que se ofrecía: en otras palabras, lo que se ofrecía era solo la adhesión a un esquema piramidal.