Evergrande va por defecto. La crisis que enfrenta el gigante inmobiliario chino se ha materializado ya que la compañía no ha pagado los cupones a sus inversores que vencían ayer.
Evergrande tiene deudas de más de $300 mil millones, el 2% del PIB de China. Ayer debía reembolsar 83,5 millones de dólares en intereses devengados por los bonos extraterritoriales. A pesar de las garantías, parece que no ha cumplido con el acuerdo.
El impago ha arrastrado el precio de la acción a la baja. Solo hoy, el valor de las acciones que cotizan en la bolsa de valores de Hong Kong ha caído otro 11%.
Además, el gobierno de Beijing aparentemente no quiere intervenir, dejando a Evergrande a su suerte. Según el Wall Street Journal, las autoridades chinas han dicho a los funcionarios y reguladores locales que “se preparen para la posible tormenta”.
Esto significa que Beijing espera enfrentar pronto una crisis de empleo, debido a la pérdida de empleos de Evergrande entre empleados y proveedores. Pero también tendrá que lidiar con el enfado de los inversores que perderán capital, y el de los que compraron por adelantado una propiedad que nunca se terminará y entregará.
Se dice que China se está moviendo para tratar de limitar el daño del incumplimiento de Evergrande, sin comprometerse a salvarlo. Esta decisión fue anticipada por el presidente Xi Jinping, quien advirtió que los gigantes inmobiliarios deben construir casas para vivir y no para la especulación.
El riesgo de contagio
El mundo entero está observando atentamente lo que está sucediendo en China, esperando comprender las consecuencias.
Muchos bancos tienen inversiones en valores Evergrande. Credit Suisse, UBS y HSBC están tranquilizando actualmente a los inversores. Desde la Unión Europea, Christine Lagarde del BCE ha dicho que los bancos de la eurozona no están muy expuestos.
Incluso el presidente de la Fed, Jerome Powell, restó importancia al riesgo de contagio.
Castillo de naipes de China
Forbes ha informado que el multimillonario inmobiliario Joseph Lau se ha deshecho de una gran parte de su participación en Evergrande. Si eso no es un escape, está cerca.
Robert Kiyosaki, empresario y autor de “Padre rico, padre pobre”, llamó a Evergrande un “castillo de naipes” que se está derrumbando:
“Bienes raíces chocando con el mercado de valores. Evergrande Group de China no puede pagar. Valoración de inmuebles falsa. ¿Se extenderá la crisis inmobiliaria a EE.UU.? Si. Grandes oportunidades inmobiliarias y bursátiles para inversores inteligentes. Desastre para inversores necios”.
Estas palabras sugieren que el contagio ocurrirá. Ahora tenemos que esperar el plazo técnico (30 días desde el impago) en el que se puede declarar el incumplimiento de Evergrande. Después de eso, China y el resto del mundo tendrán que estar preparados para manejar otra tormenta que podría golpear sus economías.