La noticia más sorprendente del día ayer sin duda alguna fue el colapso de los futuros del petróleo WTI (West Texas Intermediate) de Estados Unidos.
A diferencia de los futuros de Brent que, incluso si han caído a sus mínimos históricos en las últimas décadas, han logrado mantenerse por encima de los 20 dólares, los del WTI, el petróleo negociado en los mercados de Estados Unidos que vence hoy, martes 21 de abril, han estado cotizando en territorio negativo, causando diferencias entre los dos vencimientos más inmediatos (mayo y junio) de más de 60 dólares.
Esta no es la primera vez que ha sucedido. Al mirar hacia atrás en la historia antes de los intercambios electrónicos, en 1987 se realizó una sesión con precios que cayeron en territorio negativo, sin embargo, sin cerrar a la par, como sucedió ayer.
Esto significa que para deshacerse del contrato, los propietarios de los futuros comprados, generalmente utilizados por profesionales financieros u operadores del sector, prefieren deshacerse de ellos con pérdidas antes de la fecha de vencimiento para no correr el riesgo de tener que soportar costos más altos que requerirían el almacenamiento de la materia prima en sí.
En un contexto social y de salud como el actual que está obligando al cierre de muchas actividades y, en consecuencia, un colapso en la demanda de petróleo (a mediados de abril se estimaba en alrededor del 36%), los productores de petróleo de esquisto bituminoso, el crudo material relacionado con el WTI, después de haber llenado los tanques disponibles para el almacenamiento, han preferido pagar al comprador para evitar incurrir en costos adicionales necesarios para el alquiler de tanques.
Esto muestra que una posible interrupción de la producción es mucho más costosa que continuar extrayendo petróleo nuevo, el llamado petróleo de esquisto bituminoso, que se usa casi por completo para la autosuficiencia de los Estados Unidos de América. Esto abre escenarios completamente nuevos en un contexto macroeconómico global ya afectado por el brote de la pandemia de coronavirus.
El colapso de la demanda de petróleo en Europa y Estados Unidos está cambiando el aspecto macroeconómico tanto para el transporte como para el almacenamiento de una materia prima que hasta hace poco más de una década se estaba agotando, algo que hoy en día ya no es así, gracias a un nuevo sistema de extracción llamado ‘fracking’ que requirió inversiones iniciales significativas y que hoy, de acuerdo con ciertos cálculos matemáticos, requiere menos costos en lugar de detener su producción/extracción.