La posibilidad de que Estados Unidos adopte Bitcoin como parte de sus reservas nacionales plantea un escenario sin precedentes para la historia de la economía moderna y para las criptomonedas en general.
Tras años de condenas y malos gestos por parte de los gobiernos, los reguladores, el sector bancario, los políticos y lobbistas, y gran parte de un sector dormido profundamente en la desinformación, Bitcoin empieza a ganarse el puesto que merece en la agenda económica de las grandes potencias, sin dejar de estar al alcance del bolsillo del hombre común.
En parte porque es accesible, en parte porque funciona.
Este movimiento, que ha sido impulsado por la reciente propuesta legislativa en Texas, podría transformar la relación entre las criptomonedas y los sistemas financieros tradicionales. Sin embargo, también genera preguntas sobre las implicaciones para la estabilidad económica, la regulación y el precio de Bitcoin.
¿Hacia dónde se dirige Bitcoin en un mundo dónde puede ser ampliamente adoptado?
Texas y la legislación pro-Bitcoin
Partamos del génesis de lo que se cocina ahora en EEUU. El estado de Texas lidera los esfuerzos estatales en Estados Unidos para integrar Bitcoin en sus reservas públicas. El reciente proyecto de ley HB 4258 propone asignar $250 millones del Fondo de Estabilización Económica del estado para invertir en Bitcoin y otros activos digitales. Si se aprueba, esta legislación convertiría a Texas en pionero al permitir que tanto el estado como los municipios inviertan en criptomonedas, marcando un cambio significativo hacia la diversificación de reservas tradicionales.
Este impulso legislativo también ha reflejado una tendencia más amplia: 21 estados están evaluando marcos regulatorios similares. Texas destaca como un punto estratégico gracias a su combinación única de industrias tecnológicas, energéticas y financieras, lo que podría facilitar la adopción de Bitcoin.
Si bien este enfoque puede enfrentar críticas debido a la volatilidad inherente del mercado cripto y los riesgos regulatorios, Bitcoin ha demostrado resiliencia para soportar y recuperarse tras ciclos bajistas en tantas oportunidades que ya resulta imposible ignorar su importancia como activo de reserva estratégico.
En un reciente panel, la CEO del exchange latinoamericano CryptoMKT, Maria Fernanda Juppet, explicó que el proyecto de ley responde a una tendencia global: “los gobiernos y entidades buscan activos resistentes a la inflación y a la manipulación política. Este movimiento no sólo diversifica las reservas estatales, sino que también refuerza la confianza en Bitcoin como una alternativa legítima a los activos tradicionales”.
Esta visión también la comparte su homólogo Briam Armstrong, CEO de Coinbase, quien además destacó en X: “Todos estos estados y países que vienen a comprar Bitcoin seguro que van a conseguir buenos precios. Cada vez que crees que entiendes los mercados, te sorprenden”, respecto a la corrección de precios que enfrenta BTC al momento de esta redacción.
La postura de Trump y su impacto en el mercado
Por otro lado, Donald Trump ha adoptado una postura proactiva hacia las criptomonedas, prometiendo políticas favorables que incluyen la creación de un “stockpile” nacional de Bitcoin y el establecimiento de un consejo presidencial asesor en cripto. Estas propuestas han sido bien recibidas por la comunidad cripto, especialmente tras años de incertidumbre regulatoria bajo administraciones anteriores.
La elección de Trump en 2024 generó un aumento inmediato en el precio de Bitcoin, que alcanzó un máximo histórico de $76,000 tras su victoria. Este repunte refleja el optimismo del mercado ante políticas que podrían reducir restricciones regulatorias y fomentar la innovación. No obstante, su enfoque también plantea preguntas sobre cómo equilibrar el crecimiento del sector con la necesidad de proteger a los inversores frente a riesgos significativos.
Una oportunidad para hacer crecer a Bitcoin
Bitcoin ha sido considerado por algunos como un refugio seguro frente a la inflación debido a su suministro limitado. Su inclusión podría ofrecer una alternativa a activos tradicionales como el oro. Además, la adopción oficial por parte del gobierno estadounidense podría legitimar aún más las criptomonedas, atrayendo inversiones masivas al sector y fomentando la innovación tecnológica.
Por otro lado, desde el punto de vista geopolítico, Si EE. UU. adopta Bitcoin como reserva nacional, podría posicionarse como líder global en tecnología blockchain y finanzas digitales, adelantándose a otras potencias económicas.
“Bitcoin ya ha demostrado ser un refugio ante la inflación y la devaluación monetaria. Si una potencia como EE.UU. incorpora Bitcoin en sus reservas estratégicas, esto no sólo fortalecería su adopción institucional, sino que también aceleraría su integración en el sistema financiero global como un activo de resguardo a largo plazo”, razona Juppet, quién comparte las apreciaciones de un amplio grupo de expertos.
Sin embargo, aún existen dudas respecto a que esta integración sea una panacea para todos los problemas que continúa enfrentando la economía cripto respecto a los reguladores y las políticas de estado. Aunque Trump ha prometido regulaciones favorables, existe incertidumbre sobre cómo se implementarán estas políticas, y cómo reaccionarían los organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial.