El año 2020 trajo a muchas personas al ecosistema de la primera y más grande criptomoneda del mundo. Y con la reciente compra de Tesla y la avalancha de dinero institucional que está ingresando a este mercado, el activo comienza a llamar la atención de los críticos, y la vieja narrativa de que Bitcoin es un enemigo del medio ambiente regresa a las redacciones de los medios tradicionales.
Para aclarar los hechos y exponer las narrativas, es necesario explicar cómo se generan los nuevos bitcoins. Los mineros de Bitcoin están constantemente tratando de resolver un problema matemático complejo, y cuanto más poder computacional se emplee en la minería, mayores serán las posibilidades de recibir las recompensas de la actividad.
Al prestar la potencia informática, y en consecuencia la energía gastada en el proceso, los mineros garantizan el pleno funcionamiento de la red, aumentando la robustez de su nivel de seguridad.
La idea de una moneda basada en el gasto energético en electricidad no surgió con Bitcoin. Hay registros de pensadores, como Thomas Edison, el inventor de la bombilla, que exploró las ideas de una moneda similar a Bitcoin, pero la criptomoneda fue la primera en aplicarse con éxito.
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ToggleGasto de energía
Un estudio de la Universidad de Cambridge encontró que la red BTC consume más energía que países como Argentina, los Países Bajos y los Emiratos Árabes Unidos.
De hecho es un gasto energético considerable, pero es necesario destacar que, en muchos casos, la minería puede ser un optimizador energético, e incluso puede evitar que se quemen gases contaminantes en la atmósfera.
La compañía petrolera Gazpromneft, por ejemplo, una subsidiaria del monopolio estatal ruso Gazprom, una de las compañías petroleras más grandes del mundo, está utilizando CO2 de la extracción de petróleo y gas para generar electricidad que se utiliza para la minería de Bitcoin.
Sin Bitcoin, este CO2 simplemente se quemaría en la atmósfera como se ilustra en la imagen a continuación. Entonces es un caso en el que Bitcoin ayuda al medio ambiente.
Se están instalando varias otras granjas de Bitcoin junto con las plantas de energía, donde el exceso de energía de la creación de electricidad se dirige a la minería.
El año pasado, Ucrania estuvo en conversaciones para utilizar la energía excedente de la producción de energía nuclear para la minería. Este es solo otro caso en el que BTC solo optimiza la energía producida.
El sistema heredado
Varias actividades humanas consumen mucha energía. ¿Cuánta energía gastan todas las sucursales y oficinas bancarias del mundo? ¿Cuánta energía se gasta en la extracción de oro, diamantes y otros metales? ¿Más o menos que la red Bitcoin?.
Si hay un gasto de energía en la realización de estas actividades es porque existe una demanda legítima del mismo, y con Bitcoin no es diferente. La criptomoneda pretende ser una red monetaria global descentralizada, resistente a la censura, abierta y gratuita que empodera y devuelve el poder financiero a las personas.
Vivimos un momento de la historia donde tenemos una moneda relativamente estable y un régimen político democrático, un lujo del que no todos los países pueden disfrutar. Pero hace apenas unas décadas atravesamos el caos de la hiperinflación, la confiscación de ahorros y los bloqueos financieros.
Muchos países de todo el mundo sufren a manos de regímenes tiránicos o por los bloqueos bancarios promovidos por Estados Unidos, que utilizan la centralización del sistema financiero para perseguir políticos enemigos e imponer el impuesto inflacionario a los usuarios de divisas.
El gasto de Bitcoin no representa más que la revolución que está provocando en el mundo.