Es de conocimiento general que las empresas de tecnología están buscando nuestra información. Ganan dinero vendiendo datos a los anunciantes, quienes luego lo convierten en anuncios precisos que nos permiten hacer clic y comprar productos. Un gran ejemplo es Google Chrome.
Dependiendo de su lado del proceso (consumidor o anunciante), está vendiendo sus datos o obteniendo grandes beneficios. Si eres parte del 69.09 por ciento de Internet que usa el navegador Chrome de Google, estás dando mucha más información de la que te gustaría.
Según Geoffrey Fowler, un columnista de tecnología en The Washingon Post, el cliente web de Google es similar a “software de vigilancia”, si lo abres. Ya sea que esté en el móvil o en la web, con la configuración de ubicación desactivada o no, Chrome le está diciendo a Google qué está buscando, dónde está navegando y con quién se está comunicando.
La navegación privada es casi inexistente con Google Chrome
Esta indagación viene en forma de “cookies”, que son piezas de datos que se bloquean en su computadora y registran su actividad.
Si bien no siempre es terrible, algunas cookies almacenan su nombre de usuario y contraseña para un inicio de sesión rápido: son cookies de rastreo que representan el verdadero peligro. Estos rastreadores que rompen la privacidad mantienen un largo historial de su información, como en qué anuncios está haciendo clic.
Si bien técnicamente está optando por cookies como esta, no tiene muchas opciones. Además, un estudio examinó 84.658 páginas web dentro de los cuales estaban lo 10.000 sitios web principales de febrero de 2019 para examinar sus métodos de seguimiento. De estos, el 92 por ciento tenía rastreadores, y solo el 17.83 por ciento de ellos eran “seguros”.
Para aquellos conscientes de la lucha por la privacidad, esta noticia no es impactante. Existen navegadores, como el Firefox de Mozilla, que ayudan a bloquear los rastreadores y protegen contra otras formas de invasión. Sin embargo, hay un creciente competidor en Brave Browser, una plataforma basada en cifrado que bloquea rastreadores, anuncios maliciosos y más.
Rutas alternativas hacia la libertad en internet
Irónicamente, Brave se basa en la plataforma Chromium y es liderado por un co-fundador de Firefox, Brandon Eich.
Aquí, los usuarios pueden indicar al navegador que bloquee los rastreadores y los anuncios en un sitio y los habilite en otros. Alternativamente, los sitios web y los creadores que opten por el programa de Brave pueden aceptar tokens de BAT en lugar de mostrar anuncios. Cuanto más tiempo permanezca un usuario en un sitio, más BAT pagará mientras disfruta de una experiencia sin rastreador. Estos tokens se convierten a la moneda local del sitio web, eliminando así la necesidad de rastreadores y anuncios.
Por supuesto, los usuarios y los editores tendrían que hacer la transición, pero Brave se ha dado a conocer a través de Internet. La cadena de bloques BAT garantiza transparencia y confiabilidad, sin mencionar el hecho de que es de código abierto. La apertura es crítica cuando se trata de la Web 3.0. Los usuarios deben conocer los navegadores basados en criptografía y blockchain para que este nuevo modelo funcione. De lo contrario, la lucha por la privacidad en línea irá a estos grandes anunciantes.