El metaverso es uno de los conceptos del momento en el mundo de la tecnología. Aunque la primera vez que apareció en escena este nombre fue en 1992, no fue hasta 2021 que estuvo en boca de todos. Parte de esto se debe a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, quien anunció sus intenciones de crear un mundo virtual paralelo en el que el usuario se integrara a través de unas gafas de realidad virtual y que pudiera interactuar con diferentes elementos del entorno.
En él, los internautas deberán contar con dispositivos de realidad virtual y crearse un avatar que los representará en este mundo ficticio. El objetivo es que en este nuevo escenario se tenga total libertad de creación, como sucede en el mundo real, en el que uno podrá aventurarse a crear su propio negocio, formar un núcleo de amigos o realizar las actividades que quiera. En pocas palabras, se trata de digitalizar aquello que vivimos en el día a día.
Como hemos comentado, la idea de las compañías pioneras en esta tecnología tiene en mente el poder llevar a cabo un importante número de tareas. Crear negocios es una de ellas, pero también contemplan reuniones de trabajo, tener un trabajo remunerado o establecer relaciones sociales con otros avatares. Esto no termina aquí, también se estudia la posibilidad de realizar actividades en las que el entretenimiento esté en el centro.
El entretenimiento en el metaverso
Uno de los sectores que más han apostado por la realidad virtual y que los expertos opinan que tendrá más facilidades para adaptarse al metaverso son los videojuegos. Ya son varias las opciones que tienen los jugadores en la actualidad de conectarse mediante los dispositivos que permiten esta integración en el mundo virtual junto a otros usuarios. Ahora falta ver cómo podrían adaptar estas opciones de juego a la vida virtual rutinaria que prevé este universo digital paralelo.
Sin salir del campo del ocio, también se prevé la creación de salones de juego virtuales, como los que ya existen en la red, pero con presencia en este nuevo escenario. Estas actividades, que ya ocupan un espacio en internet con cierta repercusión, aparte de exponer sus opciones de juego, ofrecen a los usuarios un acompañamiento como en el hecho de saber cómo funcionan las máquinas tragamonedas o cuál es la evolución de este modelo de juego online.
Una de las grandes dudas es el papel que tendrá el deporte, uno de los atractivos más potentes de nuestra sociedad, en este metaverso. Hay disciplinas, como el ciclismo, que ya están trabajando para que la actividad física real tenga reflejo en un mundo lleno de avatares. En otros deportes, como es el fútbol, hay muchas más dificultades. Parece que todo pasará por recrear los estadios y asistir a los enfrentamientos como si del mundo real se tratase.
Fiestas y conciertos: baile virtual
Otra de las opciones que contemplan los creadores de estos espacios virtuales es la celebración de conciertos. La idea es que diferentes artistas, sean estos de talla mundial o no, puedan actuar en privado y a través del mundo virtual por un grupo de seguidores que hayan reservado una entrada en una sala de emisión. Este hecho, que hace algunos años se empezó a trabajar para conectar los artistas con los seguidores más alejados, puede ser algo habitual en este nuevo mundo.Y terminamos con otra de las actividades que no dejará a nadie indiferentes: las fiestas. Todo está pensado para que los diferentes avatares se puedan encontrar en fiestas privadas y establecer relaciones entre ellos. Esto, más propio de videojuegos de simulación virtual, despierta varias dudas: cómo se interactuará en una fiesta, cómo podrá bailar uno en este mundo o cómo de extraña será toda esta actividad.
Como se puede observar, el mundo del metaverso todavía genera muchas dudas a los expertos y a aquellas compañías promotoras. Algo que tienen claro es que no solamente quieren centrarlo todo en el trabajo y derivados, sino que desean que el entretenimiento tenga un peso fundamental en esta actividad virtual. Ahora cabe ver cuáles de estos objetivos tendrán sentido y se podrán llevar a cabo, y cuales quedarán como un mero deseo.
