En la última cumbre del G20 en marzo de 2018, el liderazgo financiero de veinte de las economías más importantes del mundo tuvo opiniones muy divergentes sobre la validez y el riesgo de las criptomonedas. Si bien algunos países temían que las acciones oficiales del grupo proporcionarían más legitimidad que las monedas relativamente nuevas que se merecían, a otros les preocupaba que un mercado cifrado no regulado pudiera trastornar el sistema financiero establecido.
Dejando las diferencias de lado, cuando la reunión terminó, los participantes se comprometieron a promulgar legislación sobre criptomonedas en su reunión de julio.
Sin embargo, la reunión de julio ha llegado y se ha ido, y el G20 se olvidó de emitir directrices normativas radicales para las monedas digitales.
Crypto no presenta un problema
En el período previo a la cumbre, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), el organismo regulador del G20, llegó a la conclusión de que las criptomonedas no representan un riesgo sustancial para la economía mundial, pero merecían una mayor observación.
En su comunicado oficial después del evento, el G20 se hizo eco de esa escritura de sentimiento,
“Si bien los cripto-activos no actúan en este punto representan un riesgo de estabilidad financiera global, nos mantenemos atentos”.
En resumen, los mercados cifrados, aunque robustos, no están ampliamente integrados en el sistema financiero tradicional, por lo que es poco probable que un bloqueo de cifrado afecte al sistema financiero en general.
Como dijo recientemente Time, Jeffrey Kleintop, estratega jefe en jefe de Charles Schwab
“Para que se forme una burbuja potencialmente destructiva, las criptomonedas deben ser mucho más adoptadas y convertirse en una parte mucho más grande de los activos de los hogares o los activos de los inversores apalancados como los bancos o algunos fondos de cobertura”.
Además, de manera no identificada pero inconfundible, el G20 colocó grandes elogios sobre la tecnología blockchain que sustenta las criptomonedas. Su comunicado destaca,
“Las innovaciones tecnológicas, incluidas las que subyacen a los activos criptográficos, pueden ofrecer beneficios significativos para el sistema financiero y la economía en general”.
Sin embargo, el G20 expresó varias preocupaciones sobre la proliferación de cripto-activos, incluyendo:
- Protección al consumidor y al inversor
- Integridad del mercado
- Evasión de impuestos
- Lavado de dinero
- Recaudación de fondos terroristas
Las dos últimas preocupaciones recibieron una fecha para una mayor planificación y adopción de políticas.
Iniciativa de lavado de dinero en marcha
Las directrices del FSB ya incluyen medidas para monitorear el lavado de dinero y la recaudación de fondos terroristas, y el G20 se basa en su experiencia y en las instrucciones del Grupo de Acción Financiera (GAFI) para guiar sus iniciativas.
El G20 se reúne nuevamente en octubre y han solicitado al GAFI que aclare cómo se aplican sus normas a los activos digitales.
El lavado de dinero y la recaudación de fondos terroristas se convirtieron en una preocupación concreta este mes cuando una acusación federal de Estados Unidos acusó a 12 agentes rusos de lavado de dinero utilizando Bitcoin para financiar su intromisión en instituciones gubernamentales.
Sin embargo, la colección de países ejerció precaución contra regulaciones excesivamente apresuradas o reglamentación, y los precios de las criptomonedas generalmente respondieron favorablemente.
Los precios de cifrado están determinados por muchos factores, pero las preocupaciones sobre la regulación demasiado restrictiva han impactado a los entusiastas de criptografía durante todo el año. En lo que respecta al G20, está claro que admiten criptomonedas, respaldan en gran medida la tecnología blockchain y se comprometen a luchar contra el lavado de dinero y la recaudación de fondos terroristas en la industria.
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