Una aplicación descentralizada (DApp) es una aplicación creada en una red descentralizada que consta de un backend de contrato inteligente y una interfaz de usuario. Las DApps son ‘sin permiso’, lo que significa que cualquiera es libre de usarlas. De hecho, muchas DApps incluyen contratos inteligentes que otros han escrito. También son transparentes y ‘sin confianza’, lo que significa que cualquiera puede verificar su autenticidad y funcionalidad.
Para un ejemplo simple de una DApp, imagine un juego de dados en Ethereum, aunque esta DApp podría existir en cualquier red descentralizada con una sólida funcionalidad de contrato inteligente. Para jugar, envía Ether (ETH) a un contrato inteligente que mantiene su apuesta si pierde o paga si gana. Dado que los contratos que definen el juego son de código abierto, podemos verificar, por ejemplo, que la casa tiene (solo) una ventaja del 1%. También podemos inspeccionar el contrato para asegurarnos de que el generador de números aleatorios al que hace referencia sea realmente aleatorio. Esta transparencia hace que el juego sea ‘probablemente justo’, a diferencia de los juegos en los casinos tradicionales que inevitablemente están plagados de opacidad debido a la inherente falta de transparencia causada por la dependencia de un tercero ‘confiable’. Además, dado que no se requieren identidades para interactuar en Ethereum, cualquier persona en el mundo puede (en teoría) jugar nuestro juego de dados descentralizado sin restricciones (aunque técnicamente todavía se aplican las regulaciones locales).
En teoría, cualquier tipo de aplicación podría ejecutarse en la red Ethereum o en una red con una funcionalidad de contrato inteligente similar. Por ejemplo, se podría diseñar una serie de contratos inteligentes para crear una versión descentralizada de una plataforma de redes sociales como Twitter. En teoría, podría construirse de tal manera que difiera del statu quo (centralizado) de Twitter en varias formas llamativas. En primer lugar, se podría proporcionar a todos los participantes una visibilidad completa de los algoritmos que definen el sistema (a diferencia de la versión centralizada, donde la mayoría de los participantes se quedan adivinando).
En segundo lugar, podría integrar un mecanismo de gobernanza inclusivo donde los participantes tengan una voz significativa en la evolución de la plataforma. Por ejemplo, los participantes pueden votar sobre mecanismos para desalentar/eliminar el discurso de odio sin infringir el derecho a la libertad de expresión. Otra opción es garantizar que los participantes conserven la propiedad total de sus datos. El propietario de un perfil popular puede, por ejemplo, poder vender las ‘claves’ de su cuenta al mejor postor, al mismo tiempo que retiene un porcentaje de las ‘regalías’ de los ingresos generados por la cuenta a perpetuidad, y todo sin la necesidad de servicios legales de terceros para negociar y hacer cumplir el acuerdo.
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Aunque todas las características anteriores son teóricamente posibles, la realidad es que, en su estado actual, los recursos informáticos en casi todas las redes descentralizadas son demasiado caros para permitir funciones ‘triviales’ a gran escala como la votación masiva de propuestas. No solo eso, la lentitud con la que las redes descentralizadas procesan la información las hace poco prácticas para una gran variedad de casos de uso. Y esto sin mencionar el inmenso desafío de crear un sistema descentralizado que funcione para algo tan complejo como una red social. Tenga en cuenta, por ejemplo, que incluso las versiones básicas de las redes sociales descentralizadas lanzadas hasta el momento, en las que casi ninguna característica está realmente descentralizada, han tenido problemas como guerras de bots de spam e incentivos desalineados.
Probablemente debido a estas limitaciones, la mayoría de los casos de uso exitosos para DApp, al menos hasta ahora, involucran dinero en sí mismo. Por lo tanto, vemos aplicaciones como los juegos de azar, el comercio, finanzas descentralizadas (DeFi), y tokens no fungibles (NFT), que dominan el panorama de las DApp.