La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) podría verse obligada a ejecutar un recorte de emergencia en las tasas de interés antes de su próxima reunión del 7 de mayo. Así lo advirtió Bob Michele, director global de renta fija de JPMorgan Asset Management, en una reciente entrevista con Bloomberg Surveillance, encendiendo las alarmas en medio de un escenario económico marcado por la volatilidad, la incertidumbre geopolítica y las consecuencias de la nueva política arancelaria del presidente Donald Trump.
La creciente inestabilidad en los mercados financieros ha revivido temores de una recesión profunda, con más de 5 billones de dólares evaporados del mercado bursátil estadounidense en apenas 48 horas tras el anuncio de Trump sobre nuevos aranceles a países socios como China, Canadá y México. Todo esto ha reactivado el debate sobre el margen de maniobra que tiene la Fed para evitar una crisis sistémica.
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Una posible intervención de emergencia: ¿Puede esperar la Fed hasta mayo?
Según Michele, la situación actual recuerda a eventos críticos del pasado, como el crash de 1987, la crisis financiera global de 2008 y el desplome por COVID-19 en 2020. En todos esos escenarios, la Reserva Federal respondió con rapidez mediante políticas monetarias expansivas, particularmente recortes de tasas agresivos.
“No sé si siquiera pueden llegar a la reunión de mayo antes de empezar a bajar las tasas”, comentó Michele, mostrando su escepticismo ante la idea de esperar demasiado.
Este escenario plantea una pregunta crítica: ¿puede la Fed darse el lujo de esperar? La postura actual de Jerome Powell ha sido la de mantener la cautela, observando con atención las señales macroeconómicas antes de actuar. Pero la velocidad y severidad del deterioro reciente en los mercados podría obligar a cambiar el enfoque tradicional.
La Fed frente a un dilema: Estabilidad económica vs. credibilidad institucional
La Fed se encuentra atrapada entre dos frentes. Por un lado, está el mandato institucional de mantener la inflación anclada en torno al 2%. Por otro, una creciente presión tanto del mercado como del poder ejecutivo, en particular del presidente Trump, quien no ha dudado en pedir recortes inmediatos de tasas de interés como medida para contrarrestar los efectos negativos de su agresiva política comercial.
Jerome Powell, presidente de la Fed, ha reiterado que el banco central no tiene prisa por ajustar su política monetaria, aunque reconoció el impacto potencial de los aranceles en forma de mayor inflación y desaceleración económica. Esta declaración fue interpretada por muchos analistas como una señal de que, aunque hay preocupación en el organismo, aún predomina la cautela.
La crítica de JPMorgan: “No se puede esperar al accidente”
Michele fue especialmente crítico con la idea de que la Fed espere hasta tener evidencia concreta de un colapso sistémico antes de actuar.
“Dicen que esperarán al accidente y luego a que sus políticas tengan efecto. Yo no lo creo”, sentenció, cuestionando duramente la lógica de actuar solo después de que el daño esté hecho.
En su visión, ya existen suficientes signos de alerta como para justificar una acción inmediata. El desplome bursátil, el deterioro en los mercados de deuda corporativa, y el estrés financiero de empresas con baja calificación crediticia son elementos que, según JPMorgan, no deberían ser ignorados.
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Empresas vulnerables en el centro del huracán
Uno de los aspectos más preocupantes que destaca JPMorgan es la situación de las empresas más endeudadas. Estas compañías, que ya venían operando con márgenes ajustados, ahora enfrentan una combinación letal:
- Altos costos de financiación.
- Caída en ventas.
- Aumento en los gastos operativos.
Este cóctel amenaza con provocar un efecto dominó si la Fed no interviene rápidamente. Michele advirtió que el colapso de estas empresas podría generar una crisis de liquidez generalizada, similar a lo que ocurrió en los inicios de la recesión de 2008.
FedWatch: el termómetro del mercado
La herramienta CME FedWatch, utilizada por operadores para estimar las probabilidades de movimientos en las tasas de interés, refleja actualmente solo un 34% de probabilidad de recorte en la reunión de mayo. Sin embargo, ese porcentaje esconde una creciente ansiedad en los mercados.
De hecho, según los últimos datos disponibles, la mayoría de los analistas considera mucho más probable un recorte en junio, con una probabilidad cercana al 98%. Esto sugiere que, si bien no se descarta un movimiento de emergencia, la mayoría aún espera una acción más conservadora.
Sin embargo, la pregunta clave permanece: ¿será demasiado tarde para entonces?
Trump presiona a la Fed: “Es el momento perfecto”
La presión no solo proviene del mercado. El presidente Trump ha mantenido un tono insistente y público en su llamado a la Fed para que baje las tasas. En enero, exigió directamente un recorte inmediato, argumentando que se necesita una política monetaria más flexible para acompañar los efectos de sus medidas comerciales.
Antes incluso del más reciente discurso de Powell, Trump ya anticipaba que este sería el “momento perfecto” para que la Fed interviniera, dejando claro que, desde su perspectiva, el costo político de no actuar sería alto.
Trump busca que la Fed sea una herramienta complementaria de su agenda económica, algo que históricamente ha sido motivo de controversia en términos de independencia del banco central.
El riesgo de una Fed reactiva
Una crítica recurrente de los expertos es que una Fed que actúa tarde y con lentitud puede agravar, en lugar de aliviar, las crisis económicas. Bob Michele subrayó que el escenario actual demanda una Fed proactiva, capaz de adelantarse a los hechos en lugar de reaccionar a ellos.
“Este es un momento serio. No creo que la Fed pueda simplemente quedarse al margen”, advirtió el ejecutivo de JPMorgan.
Los ciclos económicos recientes han demostrado que los efectos de la política monetaria tienen retrasos significativos. Esto significa que cualquier recorte decidido en mayo o junio podría tardar meses en producir efectos reales sobre la economía.
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¿Qué implicaría un recorte de emergencia?
Un recorte de emergencia en las tasas de interés por parte de la Fed antes de la reunión de mayo enviaría un mensaje claro: la situación es más grave de lo que se reconoce públicamente.
Entre las consecuencias posibles se incluyen:
- Reacción positiva inmediata en los mercados financieros.
- Presión sobre el dólar estadounidense.
- Incertidumbre sobre la salud del sistema financiero.
- Mayor debate sobre la independencia de la Fed.
Además, una intervención repentina también podría levantar suspicacias sobre el verdadero estado de la economía estadounidense y generar comparaciones con momentos previos a crisis mayores.
Conclusión: ¿Actuará la Fed a tiempo?
La Reserva Federal está caminando por una línea delgada entre la estabilidad y la inacción peligrosa. Las advertencias de Bob Michele no deben tomarse a la ligera. La Fed tiene los instrumentos, pero la ventana de tiempo para actuar se está cerrando rápidamente.
El mercado, las empresas vulnerables, y el propio entorno político parecen alinearse en una misma dirección: la necesidad urgente de bajar las tasas. El desafío para Jerome Powell y su equipo es equilibrar prudencia y determinación sin poner en riesgo la credibilidad del banco central.
Si la Fed decide esperar hasta mayo, corre el riesgo de ser reactiva en lugar de preventiva. Pero si actúa ahora, podría ofrecer el alivio que el sistema financiero necesita desesperadamente para evitar una nueva crisis de gran magnitud.